Historia
La fundación del pueblo debe ser atribuida a los Casco de Mendoza antigua familia de estancieros
afincados en la Cañada de la Cruz. Francisco Casco de Mendoza, primero de su familia
en establecerse en el pago, hizo construir en una de sus estancias una capillita - bajo la advocación
del Señor de la Exaltación- para su devoción privada siendo, además, empleada en
celebraciones religiosas a partir de 1727. En 1730, el obispado de Buenos Aires fundó, entre otros, el
curato de Areco -abarcaba los actuales partidos de Exaltación de la Cruz, San Antonio de
Areco, Zárate, Campana y San Andrés de Giles- y, posteriormente, instituyó el
oratorio de los Casco en viceparroquia del mismo. Tras la muerte, de Francisco, en 1745, el patronato del
oratorio recayó en su hijo Mayoriano, hacendado en el pago de la Cañada de la
Cruz, que fue comprando a sus hermanos y cuñados la mayor parte de las tierras que
habían pertenecido a su padre, convirtiéndose en propietario de más de 2.800
hectáreas. Entre 1746 y 1747 hizo edificar en sus tierras un nuevo templo, al que también puso
bajo la advocación del Señor de la Exaltación; pues las dimensiones estrechas del
oratorio familiar impedían la concurrencia de una feligresía cada vez más numerosa. Esta
iglesia contaba con una nave central de diez tirantes de largo, una capilla lateral interna de dos tirantes y
una sacristía de un tirante, con cubierta de tejas y suelo de ladrillos. La capilla original fue
relevada de sus funciones viceparroquiales, pero no fue demolida pues se tienen noticias de su existencia en
los primeros años del Siglo XIX.
El 3 de marzo de 1772 la iglesia pasó a convertirse en sede del un curato independiente, sin embargo,
habrían de pasar muchos años para que el edificio fuera arreglado en forma definitiva, gracias a
las tareas del padre Andrés Leonardo de los Ríos, que dio a su fachada el aspecto que hoy
conocemos por una acuarela de García del Molino de 1848. Construyó un campanario nuevo, rehizo
sus techos y realizó el cambio de puertas . La iglesia erigida por Mayoriano Casco de Mendoza
subsistió, de este modo, hasta 1871, cuando fue demolida al haberse finalizado la construcción
de la actual iglesia parroquial de Capilla del Señor. El resurgimiento del pueblo
Mayoriano Casco de Mendoza repartió, los primitivos solares en torno a la iglesia, dando origen con
ello al pueblo de Capilla del Señor. Destinó al poblado una porción de
tierras frente al arroyo de la Cruz la cuadrícula se fue dibujando a medida que
se vendían los solares. Al crecer el pueblo se respetó el trazado en damero y fue reservada una
manzana para plaza frente a los edificios principales que eran, la iglesia y las casas de los Casco de
Mendoza.
Debido a que no fue formalmente fundado, resulta imposible asignarle una fecha concreta al surgimiento
de Capilla del Señor, tomándose por tal al enajenamiento de los primeros
solares entre 1755 y 1758. Al momento de fallecer Mayoriano, en 1768, sólo habían sido
enajenados unos sesenta cuartos de solar en la traza de Capilla del Señor; algo menos
de cuatro manzanas. El resto pasó a manos de su primogénito Francisco Remigio Casco, quien
recibió en herencia el monopolio de la venta de lotes en el pueblo, que en 1784 -según relatos
de Félix de Azara- tenia "inmediatas a la iglesia, 25 casas tal cual cubiertas de tejas como
también la Iglesia".
En 1789 el censo de hacendados indicaba una población para Capilla de treinta y nueve vecinos con
sus familias.
En 1792 la traza del pueblo tenia una extensión de cuatro cuadras de largo por cuatro y media de
ancho, existiendo ciento cuarenta y ocho cuartos de solar enajenados y cincuenta y uno que pertenecían
a la testamentaria del difunto Francisco Casco. Sus descendientes continuaron con la venta de solares hasta
mayo de 1873 en que vendieron las últimas cuarenta y cuatro manzanas, en las afueras de la traza
original del pueblo, a Juana María Boineau. En las tres primeras décadas del siglo pasado, el
pueblo extendió superando el ancho que le asignara su fundador y creció hacia el sudoeste,
donde entonces se encontraban las tierras de estancia del coronel Gregorio Perdriel.
En 1828 el agrimensor Raimundo Prat realiza una mensura de terrenos permutados e incluye en el plano la
traza de Capilla del Señor convirtiéndose, en el documento catastral
más antiguo. En el mismo se aprecia que la traza cuadrangular originaria se había
convertido en un rectángulo, posiblemente debido a la formación de un ejido de huertas y
montes de árboles frutales en los fondos del pueblo. En las décadas siguientes, el crecimiento
en dirección sudoeste se detendría por razones geográficas, extendiéndose hacia
el noroeste, sobre tierras de estancia que habían pertenecido a María de la Circuncisión
Pedraza, emparentada con los Casco de Mendoza. Esta extensión de la traza del pueblo ha quedado
registrada en un plano efectuado por el agrimensor Germán Kuhr, en 1857.
En la actualidad, estas extensiones se encuentran comprendidas en su totalidad dentro de la traza urbana,
siendo la actual calle España la divisoria que a principios del siglo XIX separaba el poblado de la
población lindera. Posteriormente el pueblo continuaría extendiéndose en la misma
dirección sobre la estancia que seguía a la de Pedraza, perteneciente a Plácido Bustos,
que en la década de 1870 también lotearía su propietario. La incorporación de
nuevos terrenos como así también la construcción de nuevas casas y ranchos condujo a
las autoridades locales, a reglamentar las edificaciones para que no invadieran el espacio público.
El Censo de 1869 brinda las primeras cifras del crecimiento poblacional de Capilla del
Señor y algunas vagas nociones sobre sus características arquitectónicas.
Dentro del radio de Exaltación de la Cruz que los censistas determinaron
como "urbano" vivían unas 209 familias, que sumaban unos 1.116 habitantes. En cuanto a los
tipos de vivienda, se utilizaron tres categorías para su clasificación: de madera, de azotea y
de techo de paja. Del primer tipo sólo había una en la zona urbana, 173 tenían techo de
paja y 83 poseían azotea. No fue posible determinar que proporción de las mismas
correspondía a Capilla del Señor y cual al pueblo de Campana que, hasta 1885,
formó parte de Exaltación de la Cruz.
Entre 1871 y 1875 El Monitor de la Campaña, semanario capillero dirigido por Manuel
Cruz, se convirtió en vocero del progreso pueblerino y fue uno de los propulsores de la
alineación del poblado que realizó el agrimensor Mariano Iparraguirre en 1875,
corrigiéndose el rumbo de las calles y estableciéndose la cuadrícula definitiva. Se
inició, a partir de entonces, la construcción de una gran cantidad de edificios, con predominio
del lenguaje propio de la arquitectura italianizante, muchos de los cuales aún se encuentran en
pie. El pueblo de Capilla del Señor fue declarado ciudad por ley provincial
N’ 8.101, de fecha 18 de setiembre de 1973.
(Resumen elaborado en base al artículo : CAPILLA DEL SEÑOR, un pueblo
histórico; Prof. Carlos María Birocco)